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Exigentes e ingratos toros de Celestino Cuadri   

    Ganado: toros de Hijos de Celestino Cuadri, bien presentados, aunque exageradamente grandes, serios por delante, pero con más continente que contenido.

     Sánchez Vara: estocada (ovación); y estocada (ovación).

     Iván García: estocada corta (silencio); y estocada (silencio).

     Fernando Cruz: estocada (ovación); y pinchazo hondo y descabello (ovación en la despedida).

     Plaza: Sevilla. Media entrada.

     Corrida muy exigente e ingrata, ya que el esfuerzo de los toreros apenas tuvo recompensa. Había que andarse muy despierto con los cuadris , y en lo artístico a cambio de muy poco.

     No dejarse ganar la pelea debió ser el principal objetivo. Porque Sevilla, sabia en lo taurino, en ocasiones suele ser también veleidosa, de forma que cuando apuesta por el toro le cuesta más reconocer los méritos del torero. Y dado que los primeros pupilos de Cuadri en saltar a la arena tuvieron muy buen principio --aunque en el final acabaron desinflándose, sin terminar de ir para adelante--, la apuesta de los toreros fue todavía más dura.

     Sánchez Vara lanceó con gusto a su primero. En banderillas invitó a parear a Iván García, que en el siguiente haría lo propio con él, interviniendo ambos por separado en sus respectivos segundos. En conjunto, los dos estuvieron fáciles en este tercio.

     La faena de muleta a este primer toro, presidida por la firmeza, a base de toques muy precisos y acertados en la altura y las fuerzas. El animal se desplazaba suave, pero corto de embestida y sin humillar, soso y cada vez más apagado. Hubo muletazos buenos, como lo prueba el reconocimiento de la ovación final para el torero.

     El cuarto embistió descompuesto y a regañadientes. Unas veces miraba, otras rebañaba, y menos mal que cuando quiso apretar le fallaron las fuerzas. Sánchez Vara volvió a estar solvente y muy seguro.

     Iván García resolvió con mucha dignidad la difícil papeleta de su primer paseíllo después de la gravísima cornada que sufrió el año pasado en Las Ventas de Madrid. Su primer toro tuvo cinco o seis arrancadas buenas, y después cambió. Y en lo que duró, algún muletazo con relajo. También en el quinto fue seria la apuesta del torero, sin embargo no hubo continuidad en las embestidas.

    Fernando Cruz, con el peor lote en conjunto, estuvo muy dispuesto. En su reservón e incierto primero, que amagaba las embestidas, mirando a la altura del palillo y parándose conforme avanzaba la faena, resolvió el torero con mucha suficiencia, valor y técnica, obligándole a ir y llevándolo muy tapado. En el sexto, otra vez muletazos de uno en uno por la falta de repetición en el toro. No hubo unidad pero sí pases de trazo firme.

   Diario de Cordoba - Juan Miguel Núñez (EFE)