Crónica de la corrida de Sevilla 2006
 
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    ABC  ZABALA DE LA SERNA

      Chaves se agiganta con los Cuadri.
La corrida de don Fernando, que ahora cumple las bodas de oro de su ganadería, sostuvo el interés de la tarde: tres de pan duro, tres de pan tierno. Si el quinto, con el que Chaves se agigantó, destacó por su noble manera de descolgar, el cuarto ya lo había mejorado con más motor.
 A veces los vestidos de torear son un diván de psicólogo, y ese traje de viejo oro decía muchas cosas de ilusiones desgastadas. El inmenso primero, un tren con bodega de Titanic, no humilló; tampoco nadie lo obligó. Áspero y bronco se le intuyó. Para verlo hacía falta torero.

      No se pudo lidiar peor una corrida. Si los profesionales de plata tuvieran un carnet por puntos, ayer lo hubiesen perdido del tirón. Mas lo peor, al margen de la anécdota, es que las cuadrillas padecieron el síndrome cuadri: capotazos a mansalva, mantazos, tirones, cruces a destiempo, sombras sin luces, carreras, carreritas, espantás...

   Diario de Sevilla    LUIS NIETO

     López Chaves pide paso 
La tarde de ayer tuvo su puntito. No acudieron los del clavel. Pero, qué le voy a decir... hubo toros y un torero. Corrida interesante de Cuadri y un diestro, Domingo López Chaves, que llegó a por todas, sin concesiones. Y eso, en estos tiempos, se agradece una barbaridad.
El público disfrutó de lo lindo. No hubo claveles; pero sí aficionados de los cabales, con la exigencia que esto entraña. En el ruedo, toros cuajados de trapío, con variedad en su comportamiento, siempre interesante. Y lo dicho, un López Chaves pletórico, un torero sincero que pide paso. 

   El Mundo JAVIER VILLÁN

     López Chaves: un respeto
    Los toros son como las personas, con perdón: unas son luminosas y extrovertidas, otras son reservadas y replegadas sobre sí mismas. Esto no quiere decir nada o, por lo menos, no quiere decirlo todo; cada cual tiene su forma de expresión. Los toros luminosos y extrovertidos son de fácil comunicación, a poco que el torero ponga algo de su parte; llegan incluso a dictarle el pase al matador, y a marcarle los terrenos. Basta con seguir el hilo de su discurso y acompañar su alegría con sano espíritu dialogante.
Ayer hubo dos toros de éstos: el cuarto y el quinto. A los toros reconcentrados en sí mismos, reservados (reservones que se dice en la jerga taurina), hay que estimularlos, comprenderlos y escucharlOs con más atención que a los demás. Por ejemplo, el tercero. Entonces surge el diálogo fluido y clarificador de malentendidos

   La Razón   JUAN POSADA

     Quite de oro de Alberto Hernández.
     Los herederos de Cuadri trajeron una señora corrida de toros, bien hecha, con trapío y con tres animales de los que pueden encumbrar a un torero. Ruiz Manuel no llegó a aprovechar al bravo y noble tercero y López Chaves, valiente donde los haya, arriesgó mucho con el violento segundo y aprovechó a medias al excelente quinto. Antón Cortés pechó con la más fea, aunque tampoco puso demasiado empeño. Una tarde de toros que hicieron honor al nombre, porque hubo reses con mucho respeto y algunas de ellas con auténtica calidad.

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