ENTREVISTAMOS A FERNANDO CUADRI

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"PARA MI, EL TORO SIMPLEMENTE NOBLE ES UN TORO TONTO"
Por David Zamora
13  / 12 / 2014

Tendemos a llamar "ganadero" a todo aquel que posee una ganadería de reses bravas. Sin embargo, una cosa es criar toros bravos y otra muy distinta es ser ganadero de bravo. Estos últimos, son los que se ganan el respeto del aficionado. Hacerle una entrevista a Fernando Cuadri, es como coger aire fresco, porque te das cuenta de que en este mundo del toro, aún quedan buenos ganaderos de bravo.

- Buenas tardes, D. Fernando, ¿cómo define el comportamiento del toro de Cuadri en el ruedo?
Hola, David. Es un toro que tanto en el campo como en el ruedo, por la mezcla que tiene de Urcola, Pérez de la Concha, Santa Coloma... es muy particular. En el ruedo normalmente quiere los medios. Cuando está en las tablas o en el tercio, se distrae. Además, no quiere nada por alto, por eso es complicado en banderillas. Son toros que en banderillas hay que dejarlos que se arranquen primero porque si no le corta mucho. Son mirones, pero después obedientes. No son mentirosos. No son cambiantes, de salida te dicen si son buenos o malos. En el caballo no son espectaculares, se dejan pegar, salvo excepciones, que siempre las hay. Son toros que tienen mucha fijeza.

- Al toro de Cuadri hay que torearlo.
Buscamos al toro encastado y a ese toro hay que enseñarlo y hacerle las cosas muy bien: en los medios, cruzarse mucho, que no enganche, y cuando tiene buen fondo de nobleza, le sale a flote y se entrega. Pero hay que aguantarle. A este toro hay que torearlo.

- Hábleme del toro de Rafaelillo en Valencia, premiado con vuelta al ruedo (en 2014).
Fue de los más completos que hemos lidiado. Hizo buena pelea en varas, en banderillas y en la muleta. Y fue muy bien lidiado. Tanto Rafaelillo como la cuadrilla, le hicieron una lidia perfecta. Hicieron un tercio de banderillas muy bueno, con lo difícil que es. Y es que, estamos que los dos primeros tercios son de trámite: al toro se le pegan un par de puyacitos, que se le queden arriba 4 palos y a la muleta. Y son 3 tercios. Importante los 2 primeros para que lleguen bien al último.

- Cree usted que los medios especializados tratan igual a ganaderías como la suya que a otras más comerciales?
No se trata igual que a la ganadería del torero. A nosotros, que dependemos del aficionado, a nosotros como no lo piden las figuras, ¡gracias a Dios! ¿Eh? Cuando se depende del aficionado es difícil porque cada 2 años como mucho te tiene que salir un toro como el de Valencia o parecido. Porque como empiece a fallar, te quedas en casa. Y eso tiene un trato distinto.

Pasa que muchas veces, si no lo lidias bien, pasan por malos toros que son exigentes, lo que no quiere decir que sean malos. El toro encastado se para mucho porque se escama, se da cuenta de que pasa algo y se para a estudiar el panorama. Claro que salen toros malos. Pero en general, los que buscamos este tipo de toro, nos encontramos con este problema: si aparecen las dudas, los enganchones, pasajes en falso, pues llega ala muleta complicado. Y no es que sea complicado, es que ha llegado a la muleta complicado. Siempre el toro, siempre el toro y siempre el toro, y no siempre es el toro.

- En la finca donde pastan sus toros, se sigue manteniendo la cría a la antigua usanza, con manejo salvaje, ¿no es así?
Si, la nuestra es una ganadería corta, de 160 vacas y alrededor de 30 o 40 toros, lo que da para 4 o 5 corridas. Ahora mismo (por el lunes) acabamos de apartar una corrida para el año que viene, y está en 25 hectáreas. Se crían en mucha extensión y los manoseamos mucho, entramos con los caballos y los reunimos, les damos su paseo para que a la hora del embarque no noten el cambio, uno de los problemas de los toros es el cambio de la ganadería a la plaza. Acostumbrados a ese espacio, los metes en el camión, llega a los corrales, luz artificial, contaminación, agua con cloro y poco espacio y el animal llega estresado. Ni se echan, ni descansan, ni comen ni beben y a los 2 días a la plaza. Así, hay toros que llegan con medio depósito, porque se han quemado psíquicamente en los corrales. Para combatir eso, lo que intentamos es prepararlos para que el cambio sea leve, que el mayoral les hable mucho porque así cuando llegue a este sitio extraño, escuchan la voz del mayoral y se tranquilizan. Son toros que se pegan mucho en el campo, el que se pega y pierde, como tiene espacio, se va. Viene a comer cuando no están los otros, y cuando los juntas a la hora del embarque o en los corrales, se forma la guerra. Diariamente juntamos a todas las corridas y les hablamos. Es un toro complicado en el campo, pero al igual que en la plaza muy agradecido. Cuando lo manejas bien, después es fácil, pero si lo dejas, ya te digo que es salvaje y en los corrales se forma.

Nosotros es curioso que los mejores toros que han salido son los más tranquilos. Fíjate, un año tuvimos un toro que se llevó el premio al mejor toro de San Isidro. Pues ese toro estuvo de sobrero en Sevilla y Madrid. No se enfadaba ni se peleaba. Una tranquilidad fuera de lo normal. A pesar de venir de familia con buenas notas, no nos fiábamos y lo teníamos para las calles, pero al año siguiente tuvimos bajas en la corrida de Madrid y entró. Como te digo obtuvo el premio, ¿qué le pasó? Que era tan tranquilo que no se desgasto nada, no se quemó, no gastó gasolina, y tenía algo dentro que pudo desarrollar. Pero hay toros que salen en reserva, porque han estado 2 días sin descansar. Y cuanto más busques la casta y más salvajes lo críes, más acusan ese cambio.

Deben comer del campo, hierba, bellotas, y demás. Aún así, hay que meter pienso con correctores para compensar lo que el campo no le da. A diario, se comen 6 kilos de pienso para llegar rematados, hechos.

- ¿Que mejoraría del mundo del toro?
Creo que estamos haciendo un toro tan acomodado a los toreros, que llega un momento que ya no le sirve ni a ellos. La bravura, la casta, el afán de lucha, es una condición antinatural, tiende a desaparecer. Hoy estamos buscando lo que se entiende por nobleza, que es un toro más simple, más sencillo, todo entre comillas, pero que admiten más cosas... Un toro más fácil. Se chupa 60 o 70 muletazos. Para mí, el toro simplemente noble es un toro tonto. Que embiste para que lo dejen tranquilo, no para coger. En general, estamos haciendo un toro demasiado acorde al toreo. De lo noble a lo manso hay un pasito, y ese pasito lo da el toro por ley natural. Miras las ganaderías de hace 30 años de las que querían las figuras, y a ver dónde están ahora. En el toreo no nos podemos olvidar de la casta. La casta como afán de lucha, acometiendo, embistiendo y es ahí cuando aparece la bravura y después aparece la nobleza en recompensa. La nobleza sola no existe, sola es tontura. La nobleza tiene que sacarla el torero a flote, no traerla a flote de salida.