Julián Agulla

    Si hay una ganadería en la actualidad que tenga el respeto de la afición, toreros y empresarios, incluso de otros ganaderos, esta es la que se anuncia en los carteles a nombre de los Hijos de don Celestino Cuadri Vides.

    Una ganadería de las que podemos denominar “corta” ya que mantiene el mismo número de vacas de vientre que entendió don Celestino como “las justas para que quepan en la cabeza del ganadero”. Mas o menos un centenar y medio que dan para lidiar unas cuatro o cinco corridas de toros. Así lo entendió el patriarca y con esa misma idea la mantienen sus hijos y nietos.

    La historia de esta ganadería es un tanto curiosa ya que su formación fue, podríamos decir, fruto más de la casualidad que de una directriz concreta en la búsqueda del “toro ideal” que el ganadero pretendía criar.

    Don Celestino Cuadri, excelente estudiante y luego profesor en la Universidad de Sevilla siempre mantuvo el anhelo de hacerse ganadero de reses de lidia. Tenía fincas, muy buenas fincas, y una afición desmedida por lo que, tan sólo, le faltaba un pequeño empujoncito para decidirse y llegó por cuenta de un catedrático amigo, don Manuel Jiménez, que le “introdujo” en los ambientes taurinos de la ciudad del Betis y terminó de “rematar la faena” el que fuera Gobernador Civil de Huelva, don Joaquín Miranda que le presentó a ganaderos que le invitaron a frecuentar sus fincas, entrar en ese ambiente y asistir a tentaderos y así viendo y, sobre todo escuchando, fue forjando su “ideal ganadero”.

    La idea del fundador de la vacada era buscar ganado de encaste Santa Coloma pero ahondando más en la parte Ibarreña, es decir el toro de pelaje negro, antes del cruce con  “Saltillo” que dio el cárdeno. Con tan sólo veinticinco años, los consejos le encaminaron a comprar en la ganadería de don Esteban González que tenía bastante de la procedencia que buscaba aunque también había procedencias de Urcola, Pérez de la Concha y Félix Suárez. Puesto en contacto con don Esteban llegaron al acuerdo de compra de tres camadas de eralas sin tentar; eso en los años 1946, 1947 y 1948. Lo único que no consiguió don Celestino fue convencer al vendedor de que sólo fueran las vacas de procedencia Santa Coloma ya que lo dispuesto por el propietario fue “todas las eralas, de la procedencia que fueran”. No era esa la pretensión pero “mejor todo que nada”. Y así, fueron llegando a “Comeuñas” y a “Cabecilla Pelá” esas vacas de las distintas procedencias con la idea de don Celestino Cuadri de enviar al matadero todo lo que no fuera Santa Coloma. Volvía el ganado de lidia a unas fincas en las que ya pastó a finales del siglo XIX cuando era propiedad de un antepasado, don José Clemente Rivera. Estas fincas, junto al Cortijo “Juan Vides”, que fue propiedad del abuelo de don Celestino, son un paraíso para la cría del ganado de lidia.

    Ahí comenzó la andadura de un ganadero y la formación de una ganadería que, a fecha de hoy, está considerada como encaste único (encaste propio lo denominan en la Unión de Criadores de Toros de Lidia). Y es que, don Celestino, comenzó las labores de tienta y fue dejando todas las vacas que reunían las condiciones que él estimaba satisfactorias, sin mirar la procedencia y así, se quedó con una buena porción de cada una de las líneas existentes. Se podría decir que, por no saber, actuó a su aire pero con mucha rigurosidad y exigencia. Tal vez el tipo de toro actual de Cuadri, por pelo y morfología se asemeje más al que fuera de Urcola. Pese a su primera idea de buscar solo la línea Ibarra – Santa Coloma debió de pensar ¿para qué eliminar  las vacas que daban una nota excelente?

    Unos años después, en 1954, don Celestino pudo comprar el hierro y el ganado de José María Lancha, una ganadería formada por varias procedencias y en la que había reses de Esteban González, es decir, lo mismo que ya venía seleccionando; también había ganado de Juan Belmonte y Conde de la Corte, aunque no se conservaba todo. El hierro de Lancha, lo cambia por el que utilizó su antepasado don José Clemente Rivera, consistente en una “hache tumbada”, tal vez para que no coincidiera con el que utilizaba don Esteban Hernández fundador de la vacada que luego fue Hernández Plá.

    Con toda esa amalgama de sangres mezcladas, se fue haciendo la vacada y ese es el motivo de que el ganado de Cuadri no tenga parecido con lo de Buendía o Graciliano, lo más representativo y puro de Santa Coloma y eso que don Celestino tenía en mente buscar y seguir aquella idea del toro Ibarreño.

    A su aire y por intuición pero con una idea también fija y básica: “una buena ganadería, la hace el matadero”, por lo que su exigencia en los tentaderos fue máxima. Si hubo algo en lo que se dejó aconsejar fue en la elección del primer semental y siguió la recomendación del mayoral de Esteban González para echar a las vacas un becerro que venía de rastra con las hembras compradas: “Pestillero”. Le probó en la plaza y le gustó el resultado y terminó siendo fundamental en la formación de la ganadería.

    Podríamos asegurar que don Celestino Cuadri fue un ganadero romántico e idealista, como aquellos que dejó plasmados en un incomparable libro Luis Fernández Salcedo y que tituló: “13 ganaderos románticos”. Más todavía si tomamos su máxima: “En la ganadería, el tema económico debe de ser una consecuencia y no un fin”.  Su deseo iba encaminado a criar toros para su satisfacción y disfrute de los aficionados, no como negocio o, como suele decirse, para los toreros.

    Ya estaba todo en marcha y surge la posibilidad de acudir a la Monumental de Madrid y así conseguir la antigüedad. El día fue el 8 de abril de 1956, fecha en que salieron al ruedo cinco toros y el primero que dejó los chiqueros luciendo la divisa morada, amarilla y blanca, marcado en el cuadril con la “hache tumbada”, llevaba el número 47 y se llamó Brujito. El cartel lo formaron Victoriano Posada, Luis Parra “Parrita” y el sevillano Mario Carrión que cortó una oreja. Con notable puede decirse que pasó la prueba de “Las Ventas”. Los otros  cuatro lidiados fueron: Curioso, Berraquillo, Marismeño y Bravío.

    Al año siguiente, el lunes 9 de septiembre se anuncia un cartel cómo ¡Grandiosa corrida de Toros! 6 Hermosos y bravos toros 6 de la ganadería de Don Celestino Cuadri. Los toreros contratados: Miguel Báez “Litri”, Paco Mendes y Gregorio Sánchez. La plaza en cuestión es la del pueblo segoviano de El Espinar. La ganadería que, con los años, será considerada por los aficionados como esencia del toro de lidia por la forma que tienen sus criadores de entender la selección y presentación, lidió una corrida en El Espinar un año después de haberse estrenado en Madrid con nota alta. Mucha expectación entre los aficionados del propio pueblo y entre los muchos que aprovechaban esas fechas para evitar el calor riguroso de la capital y pasaban los días en la sierra. Después de los reconocimientos y sorteo, fueron 5 los toros de Cuadri que salieron de chiqueros, el quinto llevó el hierro de Hernández Plá, precisamente la ganadería que hierra con una Hache. Todos con el pelo negro zaíno, fueron saliendo al ruedo Novelón número 86 y 470 kilos de peso, Candilejo número 66 y 460 kilos, Defensor número 78 y 470 kilos, Capachero número 74 y 470 kilos y, como sexto Arrierito número 70 y 480 kilos. Según las crónicas, el ganado estuvo muy bien presentado y los toreros fueron despedidos con pitos.

    Pero hay otra plaza, cerca de donde se ubica la ganadería que también está en la mente del ganadero y no es otra que la Real Maestranza de Caballería de Sevilla; una plaza que sería emblemática para la divisa que se presentó con una novillada el 30 de agosto de 1959 y la estoquearon “Limeño”, Codeseda y José Julio que se llevó una oreja en el esportón. Varias novilladas más, con resultado satisfactorio antes de verse anunciada la divisa en la Feria de Abril de 1965. No pudo tener mejor resultado la presentación de la ganadería en corrida de toros, Joselito Huerta, Diego Puerta y Paco Camino torearon el 27 de abril un excelente encierro con la salida por la Puerta del Príncipe de Diego Puerta que cortó tres orejas. A Fritero, lidiado en cuarto lugar se le dio la vuelta al ruedo y a Tratante, número 88, lidiado por Puerta se le dio el premio de la Real Maestranza al mejor de los lidiados en la Feria. La presencia de la ganadería en el abono maestrante continuó con buenos resultados y premios hasta la temporada de 1973. Desde esa fecha, la ganadería de Cuadri, pese a sus triunfos y a los deseos de la afición, deja de acudir al coso del Baratillo en abril, tan sólo un par de corridas y una novillada fuera de feria; han sido treinta años sin estar anunciada en la Feria. La vuelta supuso mantener el buen cartel y así Bola se llevó el premio de los Maestrantes al mejor de la Feria del 2003 después de una excelente faena de “El Cid”. En el 2006 fueron Berlinés y Barquero los premiados.

    La que si se convierte en plaza de referencia para la ganadería es la de Madrid en la que ha cosechado grandes triunfos. Sería muy largo de relatar todos los toros premiados y los premios conseguidos pero sí que hay nombres que perduran en la memoria: Clavellino, lidiado por Pepín Jiménez; Poleo que tuvo enfrente a Luis Francisco Esplá aunque correspondió a Manolo Mejía que fue cogido en el anterior. Miseria, Fogonero, Choquero, Aragonés, Frijonero, Podador el 2011. Todos ellos tienen su placa conmemorativa en el Patio de Mayorales de la Venta del Batán como también hay tres azulejos en el patio de arrastre de la Monumental Madrileña como recuerdo de los premios que otorga la Comunidad de Madrid a la mejor corrida del ciclo isidril en los años 93, 96 y 97. El pasado 2012 salió una muy interesante corrida en la que destacó Muñeco que abrió el festejo y correspondió a Rafaelillo.

    Hay un momento clave en el devenir de la ganadería y es que el fundador, entiende que es el momento de dejarla en manos de sus hijos porque el trabajo es muy a futuro. Y lo hizo con 52 años, en 1973, tal vez para volver a coger las riendas si los “chicos” no llevaban el rumbo adecuado. Entre ocho hermanos es Fernando el que asume la responsabilidad de ser la cabeza visible en la dirección de la ganadería y así se ha mantenido hasta que la tercera generación ha cumplido una edad que permite su participación en la toma de decisiones.  A fecha de hoy, es hora también para que los nietos de don Celestino vayan cogiendo el timón y así, Fernando, Tino y Antoñito ya toman sus notas, las contrastan y participan en las deliberaciones para la selección.

    Los toros “triguereños” van ganando adeptos y son muchas las plazas que se los disputan y sus aficionados son testigos de importantes éxitos. Huelva, Zaragoza, Castellón, Pamplona, Zaragoza, Huesca, Burgos etc. y también en plazas de Francia como Ceret o Vic de Fezensac.

    Hay, además, otras dos fechas claves que figuran en el cuadro de honor de la divisa y en las que coincide el mismo torero. En Valencia, el 25 de julio del 2001 se lidió un encierro muy completo, poniendo la “guinda” el sexto, con el número 33, Aliño de nombre que tuvo muchas de las virtudes del toro bravo y fue premiado con la vuelta al ruedo; Rafael de Julia supo entenderle y estar a su altura cortándole las dos orejas que paseó en triunfo por el ruedo en compañía de José Escobar el mayoral de la vacada.

    Un año después, el 17 de agosto del 2002 fue la afición de Valverde del Camino (Huelva), población cercana a Trigueros, la que disfrutó tanto como los toreros y ganaderos. A Uceda Leal le correspondió, en quinto lugar, Tunante, un toro extraordinario al que el madrileño cortó las dos orejas. Para cerrar el festejo estaba enchiquerado el número 9, Revisor, que correspondió a Rafael de Julia que consiguió su indulto.

    Los triunfos de la ganadería en Madrid y Zaragoza en los últimos años 2010, 2011 y 2012 han llevado a don Fernando Cuadri a viajar a la Capital de España en muchísimas ocasiones, a recoger los muchos premios cosechados y que las distintas peñas tuvieron a bien conceder a la divisa. La ciudad aragonesa tiene menos peñas pero también se decantaron por toros de este hierro. Y no sólo es requerido el ganadero para estos menesteres sino que le reclaman para los ciclos de conferencias  que se preparan durante el invierno y es que don Fernando Cuadri se ha convertido en un gran comunicador por la claridad con que expone sus vivencias en el campo y sus ideas como ganadero.

    Los empresarios de Castellón, para la feria de la Magdalena de este 2012 tuvieron la idea de anunciar tres carteles con el aliciente de ser “enfrentamientos ganaderos” y así Cuadri lidio tres toros en competencia con Victorino una tarde  y con Miura en otra; en ambas corridas fue premiado un toro de la divisa de Trigueros como el mejor de la tarde. Gustó el experimento y se repitió el “enfrentamiento” en el año 2013 aunque, por mor de la crisis, en lugar de tres corridas a tres toros de cada hierro en cada una, se programaron dos corridas con dos toros de Miura, otros dos de Victorino y otros tantos de Cuadri. Ambas tardes salió triunfadora la divisa amarilla, morada y blanca de la familia Cuadri, con triunfo de Javier Castaño la primera tarde y de Luis Bolívar la segunda en la que salió un sexto toro para el recuerdo, Comino, herrado con el número 32 y con 596 kilos; un gran ejemplar que fue premiado con la vuelta al ruedo con todo merecimiento y se llevó todos los premios de los jurados castellonenses.

    La divisa de los Cuadri, mantiene el cartel y tiene buena demanda para sus toros siendo Madrid la plaza sobre la que puede girar el resto de la temporada. Al ser camadas no muy largas, suelen ser un par las corridas que dan el trapío suficiente para plazas de primera y otras tantas en plazas de menos nivel teniendo en cuenta también que influye el que los toros no den demasiada cara y eso dificulta su entrada en las grandes plazas. Valencia está deseando de anunciar una corrida de Cuadri y, podría haber sido en la próxima Feria de Julio pero la seriedad de los ganaderos hace que no se comprometan porque no están seguros de que los toros apartados para lidiar en las ferias anteriores, lleguen sin percances a las plazas. Zalamea la Real, Valverde del Camino o Sangüesa piensan en esos toros de Cuadri de excelente trapío, que dan volumen pero no cara para plazas de primera pero que pueden lidiarse en sus cosos y así lo demandan sus aficiones. ¿Sería posible volver a verlos en la plaza de El Espinar?

    Ya están los carteles de San Isidro en la calle y la corrida de los Hijos de don Celestino Cuadri se lidiará el sábado 1 de junio para una terna que estará compuesta por Fernando Robleño, Javier Castaño y Luis Bolívar. ¿Saldrá algún Clavellino, algún Aragonés, algún  Frijonero, algún Podador o, por qué no, un Comino como el de Castellón que “aderece” el excelente guiso que siempre resulta una corrida de este hierro?

    ¡Suerte para la divisa de Trigueros y triunfo para los matadores!

    *Julián Agulla es comentarista taurino en los programas: “Tendido 33” del Canal 33 de TV-Madrid, “Es-Toros” en EsRadio, en Onda Cero de Algeciras y protagoniza “Ráfaga Taurina” en Formula Hit de Castellón.

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