Como casi siempre, la labor más destacada de Ferrrera fue con las banderillas. Fotografía: Javier Sesma.

    La inestable tarde se saldó con cinco silencios, que debieron ser seis, frente a unos toros onubenses que no se comieron a nadie.

    Ganado: seis toros de Hijos de Celestino Cuadri, bien presentados, algo desiguales y, siempre en una línea de nobleza, de juego dispar.

    Rafaelillo: silencio en ambos.

    Antonio Ferrera: silencio y saludos por su cuenta tras aviso.

    Alberto Álvarez: silencio en ambos.

    Presidencia: a cargo de María Isabel Echave, asesorada por Ana Isabel Perera y Francisco Javier Garijo, cumplió correctamente su cometido.

    Incidencias: un tercio de plaza. Tarde nublada y calurosa, amenazando tormenta, con fuertes rachas de viento y algo de lluvia. Rafaelillo y Álvarez hicieron el paseíllo desmonterados. Miguel Sanz, Yolanda Barcina y Lourdes Goicoechea, ex presidente, presidenta y vicepresidenta del Gobierno de Navarra, respectivamente, presenciaron el festejo desde una barrera. Luz eléctrica a partir de la muerte del tercer toro. Buenos pares de Venturita al sexto.

    El público abandonó ayer la Chata de Griseras bastante cariacontecido. No sabía si habían fallado los toreros… o los toros…. o ambos. Había acudido con los mejores auspicios: corrida de hierro de prestigio, dos toreros muy rodados, otro no tanto pero de la vecina Ejea.

    A medida que el festejo avanzaba, la tarde se fue torciendo. Fuertes rachas de viento anunciador de tormenta, algunos molestos gotones que la anunciaban, calor para exportar… Gente corriendo hacia arriba, para refugiarse en los palcos; gente que regresaba al tendido, confiada.

    Y este ambiente desapacible se fue contagiando en el ruedo. La corrida de Cuadri -bañada en ¡ssssss!, en silencio- fue maltratada en varas, pues los toros, en conjunto, recibieron demasiado castigo y a varios se les tapó la salida. Excepción hecha de ese primer buen puyazo que asestó Juan Manuel Sangüesa al tercero. Fue maltratada en banderillas, pues, en general, se les pegó a los toros demasiados capotazos. Y Fue maltratada en la suerte suprema, ya que se puede afirmar que la terna estuvo bastante pinchaúvas.

    Ahora bien, pese a tanto factor negativo, los toros llegaron a la muerte con la boca cerrada, lo que dignificó al hierro onubense. Además, no se comieron a nadie; no mostraron malas ideas; al revés, todos se desenvolvieron con nobleza en el último tercio, unos con mayor movilidad, otros más paraditos, unos con más energías y otros con bastantes menos tras su paso por el peto.

    Ante tal materia prima, la tarde se saldó con cinco silencios, que debieron ser seis, pues tras la muerte del quinto, el diestro salió a saludar por su cuenta, sin que nadie se lo pidiera.

    La sensación última que quedó es que los diestros, los dos primeros, anduvieron por debajo de la materia prima y que el tercero, con el peor lote, acusó su falta de rodaje en una tarde adversa.

    El más veterano, Rafaelillo, se encontró en primer lugar con un toro tan noble como sosote. Sin embargo, por el ritmo de su trasteo, parecía que estaba delante de la más peligrosa alimaña. Dibujó muletazos por ambos pitones en una faena falta de continuidad y carente del reposo que permitía el toro. Y al cuarto no lo quiso ver; intentó justificarse sin conseguirlo y se dedicó a quitarle las moscas mientras Bayunquero le miraba como diciéndole “¿por qué no me toreas?”A uno lo mató mal y frente a su segundo dio un mitin con el descabello.

    Ferrera, por su parte, tuvo en sus manos en primer lugar un toro noble, que aceptó la muleta por ambos pitones, el más completo del encierro, Junquero. El extremeño lo toreó por ayudados y naturales, y algún derechazo, en un trasteo inconexo en el que le faltó ponerse de verdad, cruzarse con el toro. Al noble y paradito quintole hizo una faena zapatillera de escaso relieve, que concluyó en plan arrimón largo, tanto que llegó a aburrir.

    Álvarez no tuvo opción alguna con el tercero, carente de recorrido, y no encontró la forma de meterle mano al sexto. No tuvo lote, es cierto, pero debió matar mejor a los dos de esa gris tarde.

    KOLDO LARREA  - EL DIARIO DE NAVARRA     -   Posted on julio 27, 2012 by Koldo Larrea